Esta parece ser idea que circula por el texto de Eric Sadin La humanidad aumentada, o al menos lo que ha dejado de existir sería la humanidad tal como la conocemos, para dar paso a nuevas formas de racionalidad producto de la interacción creciente entre los organismos humanos y la inteligencia computacional.
Sadin incluye una cita de Steven Spielberg que sintetiza un gran interrogante de nuestro tiempo: “Los seres humanos han creado un millón de explicaciones del significado de la vida, en el arte, en la poesía, en las fórmulas matemáticas, Ciertamente, los seres humanos deben ser la clave de la significación de la existencia, pero los seres humanos ya no existen.” Este anuncio provocativo abre una polémica que, si bien reconoce antiguos antecedentes, adquiere hoy, con el despliegue abrumador de la tecnología, una dimensión extraña e inquietante.
Pensadores de la talla de Heidegger, Simondon, Benjamin, Carlos Marx, fueron dejando testimonio de las preocupaciones por el creciente desarrollo de la técnica y su cada vez mayor presencia en la vida humana. La imagen actual tan familiar de los habitantes de grandes ciudades pegados a sus teléfonos celulares, muestra de sobra la importancia de los objetos técnicos y su papel en la modificación de hábitos cotidianos. Pero no sería ese el único aspecto a considerar. Para Sadin, los big data, noción que designa la proliferación de datos que emanan de todas partes de manera exponencial, nos coloca frente a otro problema: tal cantidad de datos es inabordable por la inteligencia humana. Esto abre a la única posibilidad restante: sólo una inteligencia artificial podrá abarcar e interpretar esa masa de datos. Por ende, las máquinas son las encargadas de manipular datos, otorgarles significado y establecer vías de operación. Conclusión inquietante: las máquinas son las responsables de organizar la vida de nuestra civilización.
Desmenuzando estas cuestiones, Sadin repasa los puntos centrales de la conformación del ideal humano moderno: el Renacimiento, el sujeto pensante cartesiano, la “muerte de Dios” nietzschiana y los confronta con una lenta deconstrucción del antropocentrismo, planteando que “el concepto moderno de humanidad, entendido como un conjunto propio, transhistórico, evolutivo y a priori libre de su destino, se ha fisurado en beneficio de la emergencia de un compuesto orgánico-sintético que rechaza in fine toda dimensión absolutamente soberana y autónoma”.
El libro es una indagación lúcida sobre un fenómeno central de nuestro tiempo, escrito de forma ágil, sólidamente fundamentado. Vale la pena leerlo
La humanidad aumentada. La administración digital del mundo.
Eric Sadin.
155 páginas
Editorial Caja Negra. Buenos Aires, 2017